Cuidados para la Piel ¿Qué sí y que no en tu rutina diaria?

La piel es un órgano que se ve afectado tanto por factores internos como externos, los cuales son los causantes del envejecimiento prematuro y la aparición de otros trastornos cutáneos que podemos llegar a padecer. Más allá de rutinas de maquillaje o cremas faciales y corporales que prometen resultados milagrosos, el verdadero impacto en tu piel se ve reflejado por cuidados simples que puedes empezar a aplicaren tu rutina diaria. Aquí te mencionamos algunas recomendaciones que puedes seguir día a día para revitalizar tu piel.

1.- Protección Solar

Hoy en día el principal factor externo enemigo de la piel es la exposición a rayos solares. El permanecer largos lapsos de tiempo bajo los rayos UVB y UVA trae consigo afecciones en la piel como arrugas, pigmentación, manchas, textura reseca, entre otros. Por ello lo más recomendable es aplicar todos los días antes de salir de casa algún protector solar que cuente con al menos una capacidad de protección FPS 40+ resistente contra el agua y el sudor.   

Otra recomendación es evitar exponerte a los rayos solares en sus horarios más intensos que son entre la 10 am y la 4 pm.

2.- Cuida tu piel de las picaduras de insectos

Protégete de las picaduras de insectos aplicando algún repelente de origen natural. Estos productos además de evitar daños como hinchazón, enrojecimiento, dolor, comezón, pigmentación o la aparición de alguna cicatriz en tu piel ocasionados por las picaduras, también protegen tu salud, ya que de no usarlos te expones a una reacción alérgica que genere urticaria o anafilaxia causadas por el veneno de algunos de estos insectos.

3.- Bebe suficiente agua y sigue una dieta balanceada.

Estar hidratada es un importante detalle para que la piel no pierda su elasticidad y se reduzca la aparición de arrugas, esto evitará tener una piel opaca y áspera. El agua es uno de los componentes principales de nuestro cuerpo, es un elemento que ayuda a transportar sustancias y nutrientes, gracias a este proceso el agua purifica nuestras células.   

Por otro lado complementar tus hábitos con una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, alimentos con alto contenido de antioxidantes, cereales y proteínas (preferentemente pescado) ayudará a mejorar la salud de tu piel y de tu cuerpo en general. No olvides que la reducción en el consumo de alimentos sin valor nutricional y altos en grasa ayudará al tejido adiposo que está debajo de tu piel  generando una correcta circulación y oxigenación en los vasos sanguíneos permitiéndote lucir una piel más radiante y juvenil.

4.- No lastimes tu piel

La exposición a duchas constantes, de larga duración y con agua demasiado caliente pareciera que es un hábito positivo para nuestra piel, sin embargo, abusar de las duchas en estas condiciones solo ocasionará deshidratación y cambio en nuestro pH ya que reduce los aceites naturales que genera el cuerpo.

Asegúrate de limitar la duración de tu baño y preferentemente usar agua tibia, evita el uso constante de jabones o productos fuertes que resequen la piel y al momento de secarte procura que sea sin lastimar la piel con movimientos bruscos en especial áreas sensibles como el rostro.

5.- Menos estrés, mejor descanso y complementa con ejercicio

El ritmo de vida actual hace que descuidemos hábitos simples pero que pueden marcar una gran diferencia en la salud de nuestra piel, cuerpo y mente. El estrés es un factor que puede ocasionar que nuestra piel sea más sensible y sea propensa a sufrir brotes de acné, arrugas, salpullido. Existen dos buenos aliados para reducir los niveles de estrés, el primero es tener un sueño profundo y reparador durante la noche para relajarte y propiciar la regeneración de la piel.  El segundo va relacionado con el ejercicio, la actividad física estimula la circulación sanguínea y eso ayuda a oxigenarte mejor.